domingo, 29 de enero de 2012

IDEAS CLARAS SOBRE EL ESCEPTICISMO

El escepticismo es una corriente filosófica recuperada por el humanismo renacentista que se limitaba a la práctica de la duda universal, rechazando toda verdad universal. Todas las personas escépticas pensaban que no hay certezas, evidencias ni afirmaciones, por tanto todo se basaba en suposiciones, dudas, incertezas y apariencias. La subjetividad predomina en las personas escépticas, emitían opiniones. Todo esto causó un debate crítico en torno al conocimiento de la Escolástica.

Dentro de esta corriente se podían destacar tres representantes: Pirrón de Elis, Michele de Montaigne y Pierre Charron.

Pirrón fundó una escuela en la que transmitió sus teorías oralmente, y que fue el origen del llamado pirronismo. Consideraba que la filosofía debía conducir a la ataraxia, es decir, la impasibilidad, indiferencia o abstención, como ideal ético. El escéptico se muestra extraño a toda verdad dado que es imposible alcanzar una certeza absoluta, y además ésta se basa a menudo en falacias y meros actos de fe. Sus enseñanzas fueron transmitidas por su discípulo Timón.

La progresiva evolución de Montaigne hacia una mayor introspección convierte la versión definitiva de los Ensayos en un libro de confesiones en que el autor, profesando un escepticismo moderado, se revela a sí mismo y muestra su curiosidad por todos los aspectos del alma humana, desde el detalle más ínfimo hasta elevadas cuestiones de religión, filosofía o política. Su perspectiva racional y relativista le permite enfrentarse a toda clase de dogmatismos y superarlos, y abre la puerta a una nueva concepción secularizada y crítica de la historia y la cultura, capaz de integrar los nuevos descubrimientos de su tiempo, como los pueblos del Nuevo Mundo.

Charron defiende el escepticismo teorético, somete la fe a la razón, niega la espiritualidad del alma y así llega a una moral humanista, terrenal y racional, inspirada fundamentalmente en el estoicismo. Una sabiduría respetuosa es el orden establecido, pero consciente del privilegio de unos pocos “espíritus fuertes”, capaces de seguir tal conducta de vida, contra la multitud de “espíritus débiles” incapaces de liberarse del yugo del dogmatismo.

Dentro del escepticismo de Descarte encontramos dos tipos de actitud: la crítica y la comprensiva.

La actitud crítica busca la verdad evidente y no puede tomar la duda como un estadio definitivo, mientras tanto la actitud comprensiva toma del escepticismo la duda universal como punto de partida.

En cuanto al escepticismo de Descartes podemos encontrar dos tipos de actitud, la crítica, que busca la verdad evidente y no puede tomar la duda como un estadio definitivo, y la comprensiva, que toma del escepticismo la duda universal como punto de partida.

Descartes plantea la duda metódica, un método que rechazaba todo aquello de lo que podía haber la menor duda.